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Comunicado de la ADSP-IB ante la pandemia COVID-19 aprendiendo de la crisis
La pandemia causada por el COVID-19 está demostrando o por lo menos dejando al descubierto situaciones que hace unos meses hubieran sido difíciles de evaluar.
adspillesbalears 31/03/2020 - 08:47:22

Comunicado de la ADSP-IB ante la pandemia COVID-19 aprendiendo de la crisis

La pandemia causada por el COVID-19 está demostrando o por lo menos dejando al descubierto situaciones que hace unos meses hubieran sido difíciles de evaluar. Nadie esperaba una crisis como esta, donde la actividad clínica de los hospitales y sobre todo de las unidades de cuidados intensivos, se ha visto desbordada hasta límites que en algunas de las áreas más afectadas, reflejan imágenes que pueden considerarse apocalípticas, como si realmente hubiera estallado una guerra con miles de lesionados. Nadie estaba preparado por si llegaba un desastre como este. Y que se tuvieran que plantear medidas tan contundentes para enfrentarse a la situación, como la aplicación de estrictas medidas de confinamiento y de movilización sanitaria y social para limitar la expansión de los contagios y paliar los efectos de la enfermedad.

Desgraciadamente, los datos epidemiológicos disponibles nos conduce a un número de afectados y de fallecimientos que crecerá en los próximos días y semanas en toda Europa, en muchos otros países y también en Baleares.

Como profesionales sanitarios y como ciudadanos, consideramos que ante la situación actual, lo primordial es estar bien informados y colaborar en solucionar los problemas asistenciales de los enfermos y de las personas que precisen apoyo, atendiendo de forma activa y vigilante las recomendaciones que los expertos y las autoridades sanitarias difunden para superar la situación.

Pero a la salida de este trance deberemos analizar cómo se ha llevado a cabo la gestión de la pandemia y sus resultados, valorar si los recursos disponibles fueron los adecuados para combatir esta amenaza y como podría haber mejorado la anticipación de la crisis por parte de los expertos y las autoridades con competencias. Deberemos también analizar qué factores han contribuido a que la respuesta sanitaria no esté siendo todo lo satisfactoria y adecuada que podría y debería ser, a pesar del tremendo esfuerzo que están realizando los profesionales de nuestra sanidad y la dedicación de tantos trabajadores de los servicios básicos.

 

Y para este análisis partimos de la siguiente situación:

 

El sistema sanitario público de nuestro país se reconoce como uno de los mejores y más eficientes del mundo, por su extensión universal y por su calidad. Y ello a pesar de años de aplicación de políticas que han ido mermando de forma importante los recursos materiales y humanos. En los años de la crisis, hemos asistido a una considerable reducción del gasto sanitario público, se ha procedido a una disminución de personal y de las inversiones necesarias en equipamientos, mientras que al mismo tiempo se producía un impresionante e injustificado crecimiento en el gasto de medicamentos a precios abusivos.

Así mismo se ha producido un aumento progresivo de las políticas basadas en la privatización, la externalización y modelos de gestión que no han hecho más que debilitar nuestro Sistema Sanitario Público. Llevamos casi 20 años de privatizaciones o externalizaciones en la sanidad pública, se comenzó con los servicios no clínicos (cocina, limpieza, mantenimiento, etc.), pero en la última década se están privatizando los servicios clínicos derivándose a la privada. En algunas comunidades autónomas hospitales enteros se han estado gestionando con los criterios empresariales de lucro y no con criterios de servicio público.

La mercantilización de la sanidad y los modelos neoliberales, se han tomado como referentes y a pesar de ello, la calidad de la sanidad pública, su eficiencia y capacidad de respuesta a la demanda asistencial se ha defendido, debido en gran parte a los esfuerzos de nuestros magníficos profesionales sanitarios, a los que ahora valoramos y aplaudimos y que en las actuales circunstancias no están haciendo más que lo que han hecho a diario, demostrando su compromiso y profesionalidad.

La calidad de nuestro sistema sanitario se ha mantenido también, por las movilizaciones sociales, de las mareas de profesionales y ciudadanos que luchan contra estas políticas con el lema “LA SANIDAD NO SE VENDE”, así como por la actividad de las asociaciones y plataformas para la defensa de la sanidad pública, como la nuestra.

Lo que estamos aprendiendo de esta crisis.

Aprenderemos muchas cosas de esta crisis, sus consecuencias serán importantes tanto desde nuestra visión personal, como para el futuro del sistema sanitario y de la sociedad: Muchos ciudadanos se cuestionan sobre temas vitales, como el miedo que tenemos a estar enfermos, o la necesidad y el importante papel para la salud, del apoyo mutuo y de la solidaridad entre las personas.

Pero lo que más está demostrando esta crisis del coronavirus, es la necesidad de tener una sanidad fuerte, dinámica, equitativa y apoyada en criterios científicos y eso solo se puede conseguir con un sistema de salud basado en una sanidad pública. Ahora podemos valorar la capacidad de respuesta del sistema público y de sus profesionales ante la tremenda demanda asistencial, así como la verdadera oferta de la sanidad privada, sus limitaciones y prioridades, que por ejemplo les ha conducido ante esta situación a plantear ERTES en lugar de poner todos sus recursos a disposición de la sociedad. 

Estamos aprendiendo la necesidad de salir de la crisis con un modelo más eficaz, pero también más justo y más solidario. Será necesaria una mayor inversión en sanidad, pero también un profundo cambio de modelo y de prioridades, con una mayor coordinación entre los niveles asistenciales, la potenciación de la Atención Primaria y sobre todo el aumento de los recursos dedicados a la Salud Pública (a la que apenas se dedica actualmente el 1% del presupuesto sanitario). Se trata de estar más preparados ante futuras  situaciones epidémicas, de instaurar mejores medidas para la prevención y de priorizar las actividades que más inciden sobre los determinantes principales de la salud de las personas.

Se plantean muchas otras áreas de mejora, por ejemplo la Salud Publica en nuestras universidades tendrá que incorporar nuevos conocimientos para entender cómo luchar de manera efectiva ante las nuevas epidemias y pandemias. La salud pública deberá estar presente en todas las políticas, y en general en todas las estructuras de participación de nuestra sociedad.

Lo que planteamos como ADSP-IB

Creemos, que precisamente en un momento de crisis, es necesario, que nuestra sanidad pública avance y pueda responder mucho mejor a situaciones excepcionales como la presente.  Hay que aprender de la realidad y en este momento y sobre todo, cuando se haya superado la fase más aguda de la pandemia, no volver a caer en los mismos errores:

-Debemos construir un sistema sanitario que cuente con amplios recursos en Salud Publica y basado en un modelo colectivo, en la Atención Primaria y en una sociedad empoderada  y comprometida en el cuidado de su salud.

-Hay que exigir a los políticos y a los poderes públicos, que gestionen sin tibieza la sanidad buscando criterios de beneficio social, aplicando los principios de conflicto de intereses y que se invierta sin dudar en nuestro sistema sanitario público.

-Poner en valor a las organizaciones sociales que han trabajado estos últimos años para defender la sanidad pública y unir a esa población que aplaude a los sanitarios todos los días a sus reivindicaciones.  En nuestro ámbito, las propuestas bien estudiadas y documentadas de la ADSP-IB y de la Plataforma Ciudadana per la Sanitat Pública de les IB, planteadas los últimos años (), son un punto de partida para que nuestra sanidad pública avance hacia la construcción de un nuevo modelo.

Creemos, que precisamente en un momento de crisis, es más necesario que nunca, que nuestra sanidad pública avance y pueda responder mucho mejor a situaciones excepcionales como la presente, para avanzar hacia la construcción de un nuevo modelo basado en el derecho a la salud de las personas esté por encima del negocio de la salud.