Rafael Nadal nunca antes había perdido en el estreno en el Barcelona Open Banc Sabadell en sus 14 participaciones. En la que hacía 15, Leonardo Mayer a punto estuvo de acabar con esa estadística, con la posibilidad de una decimosegunda corona y el duelo fratricida del jueves con David Ferrer. Finalmente, el balear de Manacor reaccionó a tiempo para cerrar una sufrida victoria por 6-7(7), 6-4 y 6-2, en 2 horas y 49 minutos.

En el camino se dejó casi tres horas y el récord de 30 sets consecutivos decantados a su favor. Y es que para encontrar el último asalto cedido había que remontarse a los octavos de 2015. El viento persigue al campeón de 17 grandes, que ya jugó con ese elemento extra su semifinal perdida en el Masters 1.000 de Montecarlo con Fabio Fognini. Nadal tuvo todo para adjudicarse el primer set. Primero dispuso de un 5-3. Después una pelota de manga con 4-5. En la muerte súbita dispuso de dos oportunidades más para adelantarse en el marcador, con 5-6 y 6-7. Pero la versión del balear se estaba pareciendo demasiado a la de la semana pasada en el Principado monegasco. La única diferencia es que Mayer no es Fognini.

Nadal no hace daño con sus golpes de fondo de pista, en especial con la derecha, que es su mejor arma. Y eso hace que todo su juego sea un mar de dudas. La inactividad producto de las lesiones, la última la tendinitis en la rodilla, convierte todos su partidos en una batalla de difícil pronóstico. La situación preocupa a su banquillo, más repleto que nunca en Barcelona. Y es que a Francis Roig, el habitual entrenador en la Ciudad Condal, se le ha unido Carlos Moyá y Tomeu Salvà, que a la vez está como técnico de Jaume Munar. En la primera fila del palco no se perdía detalle Gerad Piqué, amante del tenis y ahora dirigente de la raqueta porque su empresa Kosmos tiene los derechos de la nueva Copa Davis para los próximos 25 años.

En los últimos años, Rafa había logrado acortar el tiempo de sus partidos. Ahora vuelven a ser una batalla, que podría tener consecuencias en las jornadas venideras. La remontada del primer favorito del cuadro se basó en la táctica de jugarle una y otra vez al revés a una mano de Mayer. Cada vez que el argentino le pegaba de derecha era un golpe ganador. Duelo fratricida. Pero una versión básica de Nadal es mejor que la de la mayoría en polvo de ladrillo. Y eso le permitió avanzar en el cuadro. Este jueves le espera Ferrer en el trigésimo segundo enfrentamiento entre ambos. Escrito por Joan Solsona del diario deportivo Marca y editado por la Agencia Manacor Noticias, con foto de la ATP.