Editorial: Nos preguntan a veces a cada uno de nosotros/as que ofrece el municipio de Manacor como lugar turístico por excelencia y centro social y humano, además de sus hoteles, agroturismos, viviendas vacacionales, playas, calas, cuevas, perlas. De entrada te puedes quedar parado y se te agolpan en tu mente muchas imágenes que debes ir ordenando para la explicación pertinente. Lo que está muy claro que muchas personas que nos visitan se lo pasan en grande en nuestro municipio y no terminan con las novedades. Una pequeña guía para todos ustedes cuando tengan que hacer de anfitriones o contestar preguntas de nuestro pueblo.

El municipio de Manacor es muy amplío el tercero de la isla después de Palma y Llucmajor. Sus paisajes, naturaleza, playas y calas, están consideradas de las mejores del mundo. Sus cuevas una visita obligada, esa excursión es la más importante de Mallorca. El patrimonio y la cultura es especial, aquí se celebran el mayor número de fiestas de todo Europa, somos campeones, en cualquier momento que vengas a Manacor hay fiesta, además la historia de las mismas tienen raíces representativas y en ocasiones ancestrales.

El aceite de Manacor está considerado el mejor del mundo, de hecho tenemos diferentes premios y galardones a nivel internacional y nuestras botellas se beben en 80 países en las mejores mesas. Nuestra gastronomía y vino, tienen niveles muy decentes, en cocina mediterránea contamos con buena puntuación y la cocina autóctona tiene muchas consideraciones positivas. Ofrecemos Sospiros que no se conocen en otro país turístico. Nuestras 14 rutas por fora vila hace posible la llegada de muchos excursionistas. Tenemos en patrimonio Molinos muy bien conservados y fincas que son la delicias de quienes llegan a ellas.

Manacor quiere volverse guapo y hacer un plan de embellecimiento, mejora de accesos y arreglo de sus fachadas sin terminar. Pero mientras llega el futuro contamos con el Claustro de San Vicente Ferrer una joya arquitectónica de muchísimo valor. La bahía de Porto Cristo y nuestras playas vírgenes son postales que nadie olvida. Llegar a Manacor el día de Sant Antoni te queda en la retina por muchos años. Un anciano de 80 años sacaba pecho en su agroturismo enumerando las excelencias de nuestro municipio y si lo juntas todo te da un empacho. Hasta tenemos la Academia de Rafa Nadal que está siendo visita obligada y santuario de muchísimas personas, y cada día más.

Las personalidades que han nacido en Manacor y las conocen en Europa y por el mundo son muchas y variadas, me vienen a la mente decenas si hablamos de literatura, deportes, poesía, trote, pintura, escultura, música. Tenemos genios y figuras para regalar. Nos falta mucho por supuesto hay que ser ambiciosos y nunca contentarse con mínimos, pero el municipio de Manacor con sus luces y sus sombras tienen una oferta importante. Ahora contamos en Fora Vila con bodegas de vino y aceite, se han rehabilitado grandes mansiones y posesiones. Algunos de nuestros profesionales traspasan el ámbito local, comarcal y regional, además de nuestras perlas. Hasta somos exportadores.

No somos un municipio con un par de calles, nuestra historia local, alguna playa bonita, un restaurante conocido y un edificio emblemático. Somos mucho más, un mundo por conocer. Hable hace un mes con un turista ciclista que llegó a Manacor y su municipio después de visitar 90 ciudades por al menos tres continentes y se quedó dos días más de lo que tenía previsto en su agenda. Profundizó en visibilidad que nosotros lo damos por concluido. Me enseñaba fotos del mosaico de Baleria, su visita a Son Peretó, en la entrada del Rafa Nadal, en una finca bodega donde hay visitas guiadas, y en en templo del aceite, punto de interés turístico, allí se alojó una semana. Escribió una postal desde las Cuevas de Porto Cristo y hasta hizo una excursión en catamaran hasta Cala Bona.

Saquemos pecho de todo lo que tenemos, solo nos falta presentarlo con el papel de regalo, mejorar nuestros accesos, engalanar y recuperar nuestras estética. Paseo cada día por Antonio Maura/Na Camel.la, ahora llega el otoño, una pasada, una postal espiritual. Si recibimos turistas en hoteles tengamos las mejores playas y servicios, y si vienen a nuestras calles y plazas, campos y mesetas, entonces hagamos los honores como estipula el protocolo y nos dejamos de tonterías está en juego nuestro supervivencia.