Editorial: Se pueden cometer errores por supuesto, la vida no viene con instrucciones, sobre todo cuando ocurre algo por primera vez como es esta pandemia que estamos padeciendo. Imprevisible todo, a contrapie. Se ha tenido que improvisar en los momentos más tiernos del acontecimiento. Los científicos, políticos, estadistas, asesores, todos comenzaron a tientas en un drama que ha tomado forma como hoy lo conocemos. Ahora tiene nombre y apellidos, ADN, estructura al descubierto, sabemos las consecuencias en el cuerpo humano y a quienes ataca con mayor virulencia. No seamos necios y pongamos algo de nuestra parte.

Ahora hemos comenzado a salir de nuevo a esa vida que dejamos, debemos saber que gente vale realmente la pena. Esos ciudadanos que saben pedir perdón, los que vuelven hablarte a pesar de las discusiones. Lo digo porque después de tanto trajín y confinamiento, hemos descubierto que estamos preparados para no depender de aquellas potencias e inversores que ha propiciado la deslocalización del mundo entero. Porque las mascarillas quirúrgicas de origen español tienen más calidad que las chinas, se fabrican en Salamanca y tenemos mejores precios. Se terminó desmantelar nuestra industria.

Saben ustedes lo que pasa estos días con el cierre de Alcoa en Lugo, de golpe y sopetón 534 despidos, eso supone centenares de familias en precario, además el aluminio tiene empresas indirectas en la zona. Un drama. Por supuesto el mazazo de Cataluña con Nissan, 3.000 empleos directos y 20.000 indirectos, después de pagarle 200 millones de euros en apoyos para que no cierren y los ERTE. Es hora de hacer un pensamiento y si todos los países repliegan sus potenciales, nosotros no debemos ser menos. Porque lo más importante no es lo que hemos hecho, si no lo que haremos a partir de ahora.

En España, el mundo de automoción supone 66.000 empleos y 500.000 puestos de trabajo indirectos, nada menos que el 9% del PIB nacional. Pero China da pasos de gigante para hacerse con el mercado en su territorio. Porque sus pretensiones son conseguir el 40% del pastel, de hecho ahora construyen el 30% de todos los coches del mundo y han intervenido en empresas multinacionales para redirigir todo hacía sus centrales nacionales. No debemos mirar para otro lado y sobre todo si queremos protestar y hacer huelgas es vital no joder el Medio Ambiente quemando ruedas que producen mayor toxicidad.

Debes recordar que el uso del cerebro es obligatorio en todos los lugares, situaciones y franjas horarias. Y comenzar a pedir consejo a los mayores, no son un estorbo, error ignorarlos, ellos hicieron los caminos que nosotros pisamos. Olvidesen de los políticos tradicionales que tenemos hasta ahora. No han servido para nada, siguen en sus batallas de los reinos de taifas, en la Torre de Babel. Si aprendemos a tener criterio no seremos de izquierdas ni de derechas. Debemos luchar para ser hombres y mujeres libres, autónomos, inalienables. Descontaminados de odios y fanatismo. El pensar es una acción natural del ser humano. Discernir y tener criterio es una virtud de pocos, por eso cada vez tienen que ser más.

Quienes nos malgobiernan (los políticos sin excepción) han demostrado que a veces herimos más con el escudo que con la lanza. Debemos cambiar el timón y prescindir de quienes ahondan nuestros problemas. Son momentos muy serios para la humanidad. Hay que observar lo que se tiene, olvidar lo que duele, y luchar por lo que queremos, sin descanso ni perder el rumbo. Valoremos lo que poseemos y comencemos a crear cimientos ciertos para poder disfrutar de lo que amamos. Ojalá llegue aire fresco en las próximas elecciones, lo necesitamos para respirar.

Decía el poeta, cuidar de ti no es egoísmo. Mientras más sano esté el árbol, mejor fruta dará a los demás. Toda la estructura de esta editorial está montada en comenzar a pensar en pueblos que necesitan salir adelante, pero cuando se tiene lo suficiente, ya basta. La ambición puede llevarnos a un acantilado como en el que estamos.

Hemos creído las mentiras de las multinacionales y ahora nos damos cuenta que nos han convertido en esclavos por tener miles de cosas que no necesitamos, se ha demostrado en el confinamiento. Repleguemos velas. No enseñaron los que se han ido por el virus, que no era aconsejable acumular espejismos sin raíces. Rafael Gabaldón San Miguel.