Editorial: Ha sido un fin de semana importante y vital en los diferentes municipios de Mallorca para ir conociendo los efectos del coronavirus (COVID-19). Los expertos, sanitarios, científicos, creen fundamental ver el número de infectados que hay la última semana de mayo de 2020, de esos contagios se desprenderá la carga vírica que concentra el bicho. Se tenía en cuenta los últimos 15 días, donde han salido a la calle prácticamente todo el mundo y comprobar también si la distancia social a surtido efecto.

Datos y observaciones que nos llevarán hasta el 8 de junio para conseguir la Tercera Fase y que el Gobierno Autonómico pueda permitir los viajes entre islas, dar un mensaje de reservas a las agencias, calentar motores los aviones y barcos, comenzar el trabajo turístico en definitiva. Todos los ojos puestos si surgía algún problema que no retrase la Fase III. Ha ido bien nos cuentan, un detalle aislado de una familia numerosa de 11 miembros se ha infectado al completo en Palma, todos han ido al Hospital, más por problemas de espacio donde vivían (un piso muy pequeño), que por sus consecuencias con la cuarentena.

No ha habido más focos y eso que se conocen todo tipo de despropósitos rompiendo los protocolos sanitarios y la distancia social. Hay algunos contagios, los mínimos, en diferente pueblos de la Part Forana de Mallorca, que no necesitan de ingresos y que se encarga directamente Atención Primaria. En los hospitales de referencia de Manacor e Inca tan solo hay ingresados 3 personas, 2 de ellas en la capital del Llevant en planta y una tercera en la capital del Raiguer en la UCI. Menos cantidad ni los más optimistas lo esperaban.

Por supuesto los científicos y sanitarios nos recuerdan que no debemos bajar la guardia, importante la mascarilla, distancia social, higiene en las manos. Lo repiten hasta la saciedad, pero ven que todas las reflexiones son ineficaces. Los ayuntamientos en sus playas han tomado muy pocas medidas y ayer hacían reportajes diferentes profesionales de los medios de comunicación europeos señalando las deficiencias y demostrando que estamos teniendo suerte con la situación de COVID-19. Nosotros de nuestra parte muy pocas atenciones al virus. 

Suponemos que las diferentes fuerzas de seguridad han recibido órdenes sobre que deben hacer. También entendemos que ha sido muy duro estos meses atrás y las plantillas necesitan recuperarse del esfuerzo. Pero vemos situaciones alarmantes por todos los sitios. No aprendemos. Si la mayoría así lo decide, estamos en democracia. El pueblo nunca se equivoca dicen los políticos. Ellos tienen el poder legítimo para marcar las reglas del juego. El presidente en su comparecencia nos recordó mensajes anteriores, “España va bien”.

Una vez que el virus nos ha dejado de molestar y rompernos nuestras rutina e idiosincrasia ahora toca recomponer todo. La pandemia económica ha llegado a nuestras puertas, aquí no podemos fallar, esta segunda prueba es muy seria. Cuando una familia no tiene nada para llevarse a la boca, comienzan los dramas y después de ellos la alarma social. Sabemos todos que los padres y madres por su hijos/as matan. Hay en lugares que han salido a las calles desesperados y han ido a sitios donde pueden solucionar su emergencia, normal. Muchos no pueden esperar al papeleo y los trámites de la asistencia mínima vital.

Llega la hora de la verdad, los Servicios Sociales Municipales han tenido varias semanas para preparar el operativo, llegar a cada rincón, conocer al dedillo donde se encuentran los casos más delicados, atender sin exclusión ni recorte a nadie de la localidad. Se han puesto encima de la mesa muchos millones de euros (que sale del pueblo con nómina y con posibilidades de pagar impuestos cada año para el interés general), ese efectivo de todos debe ser suficiente para evitar estallidos humanitarios. Ahora llega la hora de los alcaldes y concejales, el presidente les ha dado poderes, es momento de firmar decretos para salir de esta todos juntos. Rafael Gabaldón San Miguel.