Sobre la campaña de ahora otoño de 2020 “Porto Cristo Independent”: Todavía recuerdo en 1992, hace la friolera de 28 años, cuando Joan Ignasi Servera y José Vecina, entre otras y otros presentes, plantearon crear un partido político en Porto Cristo, independiente, y comparecer en Manacor a las elecciones de 1995 y conseguir una representación importante e incluso tener la clave de la governabilidad.

Meses después se buscaba un candidato o candidata, y se estudiaban los mensajes que hiciesen fuerte y solvente la esencia del ADN. Todos/as coincidieron que el mejor líder era Jaume Brunet Gomila, además tenía experiencia porque era concejal del PSM. Brunet representaba el seny, alejado de radicalismos, pero porteño por encima de todo hasta el final.

En 1995 (hace 25 años) la Agrupación Independiente de Porto Cristo (AIPC) se presentó a las elecciones locales de Manacor y sacó 2 concejales. No fueron decisivos y se quedaron en la oposición, porque el PP tenía nueve ediles, Convergencia Balear de Pere Llinás 1 regidor y Convergencia de Manacor de Eduardo Puche otro concejal. El Ayuntamiento tiene 21 concejales y el centro derecha sumaba mayoría absoluta de 11 representantes. El entonces alcalde el doctor Tomeu Rosselló “Roma”, le bastaban 11 y se quedó con las Convergencias.

Previo al 1992 (ha llovido muchísimo) recuerdo cuando se buscaban firmas para poder conseguir vía administrativa la independencia de Porto Cristo y como el notario Biel Celiá Gual dedicó decenas de horas en repetidos encuentros para formalizar los protocolos. Eran los tiempos de los mensajes, “Porto Cristo Independiente”, “un pueblo sin cementerio es un pueblo muerto”, “la autonomía es justicia”. Todo aquello quedó en el olvido en 1999 cuando AIPC entró en el Gobierno de Manacor (hace 21 años).

Desde entonces hasta hace 16 meses que gobierna la izquierda en todo el municipio (MÉS-Esquerra, PSOE y Carles Grimalt), todo quedó sofocado y olvidado, 20 años de poder absoluto con Miquel Riera, Antoni Pastor, Pedro Rosselló, Cati Riera. Hasta se olvidaron de que la Junta Municipal de Distrito de Porto Cristo tuviese algunas competencias ejecutivas por si un día pasaba lo que ahora ha acontecido, ser concejales rasos sin ninguna atribución ejecutiva. Se confiaron y ha resultado que sin poder todo se ve desde otra óptica. Nunca es para siempre, lógico.

Ahora en la Revista de Porto Cristo, la cual tuve el honor de dirigir durante muchos años, con el subdirector Joan Tur Santandreu, y con ayuda de dos docenas de portocristeños, que lo hacían sin ningún ánimo de lucro, puede verse en la Portada lo que se pedía hace 30 años, la independencia. Hemos vuelto atrás 3 décadas después.

No digo que en estos últimos 20 años no se hayan conseguido miles de cosas para Porto Cristo, han sido muy productivos. Lo que pasa que el alcalde de Manacor es independentista y en AIPC le piden que cumpla lo que prometió el día de la investidura, “Porto Cristo será lo que quieran los vecinos y les consultaremos en referéndum”.

Le tomó la palabra Joan Gomila Capó el líder del litoral manacorí y por eso se ha puesto la maquinaria en marcha. Vemos en el último número de la Revista Porto Cristo como se han recuperado hasta las camisetas de hace 30 años y paradójicamente los mismos que fundaron AIPC son los que ahora siguen a la cabeza, alguna renovación pero muy poca, incombustibles.

Habrá muchas preguntas, han sido 20 años de poder absoluto y no se ha preparado una mínima autonomía económica y administrativa por si algún día venían mal dadas. Desde Manacor tienen claro que se trata a Porto Cristo como siempre, todo lo que necesitan proporcionalmente a los habitantes del municipio. No lo ven así desde AIPC.

Gracioso, yo ya he vivido esta etapa de aquel núcleo turístico, hace 30 años era muy serio y los residentes lo apoyaban con el corazón en la mano. Lo sentían como propio, muy personal. Veremos ahora donde termina esta segunda parte. Han sacado las camisas y tienen la revista, y las redes sociales. Falta inocular el ADN portocristeño y que la vacuna tenga éxito. Rafael Gabaldón San Miguel.